El estrecho de Gibraltar es una de las zonas de Europa con más tráfico marítimo, ya que es la puerta de entrada al Mediterráneo y recibe a las embarcaciones directamente desde el Atlántico. Como consecuencia, la cantidad de emisiones que se vierten en estas aguas es mayor que en otras zonas, por lo que es necesario someter a control a los navíos con frecuencia para evitar un deterioro exagerado del medio ambiente marítimo.
Vigilancia de las emisiones con drones
En este contexto, el Ministerio de Transportes de España y la EMSA (Agencia Europea de Seguridad Marítima) han vuelto a poner en marcha un plan que ya se llevó a cabo durante la campaña de verano de 2021. El proyecto consiste en la vigilancia de estas emisiones a través de unos drones. Éstos están diseñados para detectar el porcentaje de óxidos de azufre que contienen los combustibles usados por todos y cada uno de los barcos que navegan en esas aguas.
Actualmente, el máximo de óxidos de azufre permitidos en la masa del combustible es del 0, 50 %. A través de ciertos sensores de gas y cámaras infrarrojas el dispositivo puede medir si los gases emitidos por las chimeneas de los barcos contienen porcentajes superiores a los permitidos. En cuyo caso se notificará a los puertos de destino para que sean revisados a su llegada. El año pasado el dron pudo completar más de 1500 avistamientos, superando con creces el mínimo exigido por la EMSA. Durante la presente campaña está previsto que se realicen 10 revisiones diarias.
Además de las labores de detección de excesos en los óxidos de azufre del combustible. El dron ayudará al ejército y a los organismos responsables de la seguridad en el Estrecho a llevar a cabo las tareas de protección. Como la lucha contra la delincuencia y el rescate de náufragos tan frecuente en esta zona.